La decoloración total es un proceso que transforma radicalmente tu look, pero también puede dejar tu cabello y cuero cabelludo sensibles. Es fundamental adoptar una rutina de cuidado especial para garantizar una recuperación rápida y saludable.

La decoloración es un proceso químico agresivo que puede irritar el cuero cabelludo. Los productos utilizados para aclarar el cabello pueden eliminar los aceites naturales y alterar el pH, lo que provoca picazón, enrojecimiento y, en algunos casos, descamación. 

¿Y mi cabello, por qué está tan seco? 

La decoloración elimina los pigmentos naturales del cabello, pero también puede dañar la cutícula, la capa externa que protege el cabello. Esto hace que el cabello se vuelva poroso, seco y quebradizo.

Champú y acondicionador específicos: Utiliza productos diseñados para cabello dañado y coloreado. Busca aquellos que contengan ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico, la keratina y los aceites naturales (argán, coco, etc.).

Mascarillas nutritivas: Aplícalas al menos una vez por semana para restaurar la humedad perdida.

Sérums y aceites capilares: Úsalos diariamente para sellar la cutícula y proteger el cabello de los daños externos.

Agua tibia: Evita el agua caliente, ya que puede resecar aún más el cabello. 

Masaje suave: Al lavar tu cabello, masajea suavemente el cuero cabelludo para estimular la circulación y evitar irritaciones. 

Reduce la frecuencia: Lava tu cabello cada 2-3 días para permitir que los aceites naturales hidraten tu cuero cabelludo. 

Secado al aire libre: Siempre que sea posible, deja que tu cabello se seque al aire libre. Si utilizas secador, utiliza la temperatura más baja y aplica un protector térmico antes. 

Plancha y tenacilla: Reduzce al mínimo el uso de herramientas de calor y, si las utilizas, asegúrate de aplicar un protector térmico de alta calidad.

Evita rascar: Aunque la picazón pueda ser tentadora, evita rascarte el cuero cabelludo, ya que puedes empeorar la irritación y causar heridas. 

Productos calmantes: Utiliza productos específicos para calmar el cuero cabelludo, como lociones o tónicos con ingredientes como el aloe vera o la camomila. 

Consulta a un especialista: Si la irritación persiste, consulta a un dermatólogo o tricólogo. Protección solar: 

Sombrero o gorra: Protégete del sol con un sombrero o gorra para evitar que los rayos UV dañen aún más tu cabello. 

Productos con protección UV: Utiliza productos capilares con protección UV para proteger tu cabello de los daños causados por el sol.

Hidratación: Bebe mucha agua para mantener tu cuerpo y cabello hidratados desde dentro. 

Proteínas: Incorpora alimentos ricos en proteínas, como carnes magras, huevos y legumbres, para fortalecer tu cabello. 

Vitaminas y minerales: Consume alimentos ricos en vitaminas A, C y E, así como en hierro y zinc, esenciales para la salud del cabello. 

Consejos adicionales: Corte regular: Poda las puntas abiertas cada 6-8 semanas para evitar que el daño se extienda. 

Evita productos agresivos: Evita los productos que contengan sulfatos, parabenos y alcohol, ya que pueden resecar aún más tu cabello. 

Suplementos: Consulta a tu médico o a un nutricionista sobre la posibilidad de tomar suplementos para fortalecer tu cabello desde dentro.